Ser Humilde ante la Razón Suprema


La mayoría de los pensadores considera que la razón es la capacidad de la mente humana para establecer relaciones entre ideas o conceptos y obtener conclusiones o formar juicios.
Desde el punto de vista de la filosofía, la razón es la habilidad en virtud de la cual el hombre no sólo logra reconocer conceptos sino también cuestionarlos. De esta forma, consigue establecer su coherencia o contradicción y puede inducir o deducir otros diferentes a los que ya conoce. Y así, la razón como antorcha de Luz, ilumina haciendo brillar ante los ojos la Verdad que desvanece las Tinieblas del Error, del fanatismo, y de la Opresión. 
Por lo anterior el Masón como ente que posee albedrio, que tiene conocimiento del bien y del mal, y ansias por alcanzar la Verdad de todas las cosas, comprende que debe ser humilde, someterse, e incluso arrodillarse a la Luz de la Razón. 
Por lo que en su convivencia social al juzgar a los demás actúa con justicia e imparcialidad al reconocer en cada hombre sus derechos Naturales, Civiles y Políticos. Los primeros son inherentes a todos los hombres, y sólo se les priva por la fuerza; los segundos surgen de las necesidades, usos y costumbres propias de cada pueblo, los terceros versan sobre elegir y ser elegido para Gobernar la colectividad.
En síntesis, al iluminarse el Masón con la antorcha de la razón, y someterse al Juez interior que es la Conciencia, es el reflejo de Honorabilidad, Justicia, Bondad e Imparcialidad. Que teme que sus faltas se vuelvan contra él.