La perfectibilidad masónica

Se puede considerar que las pasiones terrenales, así como la elevación a lo espiritual, son como dos ríos de donde fluyen las ideas, creencias, filosofías, ciencias, artes… Cada una de estas corrientes trae consigo una concepción opuesta del mundo y de la vida, cuyo equilibrio y reconciliación, es la armonía; que permite alcanzar la felicidad, y por consecuencia un acercamiento a la perfección humana.
En el Ara o altar de las logias masónicas se encuentran las que se denominan las tres Luces fijas, que son: la Biblia o Libro Sagrado, la escuadra y el Compas, las cuales tienen múltiples significados simbólicos dependiendo del contexto en el cual se profundice el razonamiento.
El libro Sagrado es útil para que el hombre adquiera conciencia de sí mismo, la sensibilidad reflexiva que crea el poder de la Empatía – ponerse en el lugar del otro sin perder la propia identidad, y de la simpatía – hacerse agradable a los demás, y el predominio del intelecto con sabiduría.
La Escuadra representa el apego a los bienes terrenales y a las pasiones humanas, y el afán de poseer. Al aplicar las facultades de amar, a los objetos materiales. Mismos que llenan los vacíos existenciales, dan sentido a la vida. Motivo por el que la gente común, busca la felicidad en los bienes materiales y en cuestiones temporales como la acumulación de poder y riquezas temporales y el reconocimiento social.
El Compás, representa la elevación a lo espiritual por la fuerza del amor y del sacrificio, mediante la introspección que permite purificar el pensamiento, que permita ver a Dios en el prójimo. En el cual la idea de lo divino, lo verdadero, lo bello y lo bondadoso, se reflejen en el hombre.
Por lo cual en este contexto se debe comprender que la escuadra representa el deseo de posesión de bienes terrenales, el compás la elevación hacia los bienes espirituales, y el libro del la ley el camino para transitar de lo material a lo espiritual, y así alcanzar la armonía que permita al hombre a avanzar hacia la perfectibilidad. Para ser cada día más humano y así crear una sociedad más justa, que le permita disfrutar de una vida digna.
Y por consiguiente alcanzar la perfección del hombre, mediante la felicidad sustentada en una conciencia tranquila.