jueves, noviembre 21, 2024
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Ser Masón

El hecho de ser Masón no me confiere cualidades especiales, ni distintas a las de cualquier ser humano: no levito, ni hablo con los dioses, tampoco adquiero poderes sobrenaturales, mucho menos me hace perfecto ni un evasor del error.

Por ser un Masón no me abre la puerta un secretario de estado, el Presidente de cualquier municipio o el más humilde trabajador. Me la abre mi trabajo diario.

Muchos se preocupan por los “rituales” que practicamos en “secreto”, se piensa que conspiramos por el nuevo orden mundial, cuando ese, señoras y señores hace mucho tiempo que fue instaurado. Es cierto, basta ver nuestra historia para saber que no somos fáciles de vencer, que incluso la muerte no ha podido borrar el vestigio de nuestras enseñanzas en el mundo. Estamos demasiado unidos, aunque a veces aparentamos estar distanciados. Si la causa es justa, la persistencia masónica es tan tenaz como una gota perforando la piedra.

Les aseguro que jamás habrá un masón perfecto, la perfección se la dejamos a otros.

Si se piensa que tememos a la cárcel, si se piensa que tememos a la muerte, si se piensa que con ello puede intimidarse el alma brava de un miembro de la orden, lo siento mucho, tendrán un rival tan fuerte en cada uno de nosotros, que a la caída de uno, siempre se levantará otro ya que entre nosotros nos amamos tanto, como ama la flor al sol o una madre a todos sus hijos.

Conozco la Tradición y la manera en que el hombre debe perpetuar su legado, y reconozco a todos mi hermanos como tales. Mi hermano hombre, mi hermana mujer, mi hermano lobo, mi hermana planta. Lucho por ser mejor y buena persona, pero también sé manejar el lado oscuro de mi pensar y sentir con la sutileza con la que una aguja se clava en la tela. Soy un ser dual. No me asusta lo moral ni lo inmoral. Y puedo morir o vivir, pero jamás arrodillarme. Escucho los gritos de la parafernalia religiosa que nos tacha de illuminatis, satanistas, come-curas, sectarios, reptilianos y hasta extraterrestres. Sonrió tiernamente y mientras me acurruco en la mecedora, mejor me echo a dormir.

Soy masón y nada más. Solo vine a este mundo a existir.

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