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Los trabajos en la Orden Masónica deben ser dedicados a la gloria del GADU, la perfección del hombre, y el bienestar de la humanidad. Para lo cual se deben elevar los pensamientos y corazones para que en un ambiente de humildad, paz y concordia, sea separada de la mente la venda fatal del error, y de la ignorancia, a fin de encontrar el sendero que conduce a la sabiduría. Trasmitiendo su conocimiento para mayor entendimiento de una manera sui generis- única en su género-, auxiliándose de signos, símbolos, parábolas, analogías, metáforas, apólogos, ceremonias y rituales. Con el fin de que los adeptos sean capaces comprender lo que perciben por sí mismos, y en menor cuantía por el razonamiento ajeno. Dirigiendo los trabajos hacia el constante perfeccionamiento en un ambiente de aceptación del diferente, empatía por el que piensa distinto. Siendo la fraternidad, armonía y la concordia la triple unión de las obras. Por lo que al convivir en el mundo profano debe distinguirse por el respeto quien piensa distinto como él. La modestia, la amenidad, la prudencia y la discreción. Y sobre todo por la sabiduría de sus palabras, y por ser un hombre de honor o de vergüenza, que mediante el cultivo de las virtudes, y el cumplimiento del deber satisface la conciencia.
